jueves, 19 de julio de 2012

Capítulo 10. La gente olvida que yo no puedo olvidar.

Apoyé la frente en el frío cristal. Ahora que se había ido Leire el aburrimiento me volvía a abrumar.

Suspiré y cerré los ojos, pensando. Leire no era la primera chica en la que me fijaba, pero sí me llamaba la atención. ¿Qué tipo de adolescente sabe qué es la hipertimesia? ¿Qué chica puede tener una capacidad de empatía tal?

Me pasé la mano por el pelo, echando el flequillo hacia atrás y resoplé mientras me levantaba. No llevaba mochila, sólo el móvil en el bolsillo de mis vaqueros. Me levanté al oír que la próxima parada era la mía. Me acerqué a la puerta y suspiré contra el cristal al acordarme del mensaje que le dejé a Leire. Empecé a escribir su nombre pero las puertas se abrieron y la “r” se alargó más de lo normal.

Caminé hacia mi instituto bañado por el calor del amanecer, aunque por suerte éste se encontraba cerca. Subí a mi clase y llamé a la puerta.

-Sr. Di Lorenzo, llega tarde de nuevo. -me contestó la profesora. -¿A qué se debe esta vez?

-Mi apellido es Milton, Di Lorenzo es el de mi padre...

-Por esa razón le llamo así.

-Pues no quiero que me llame así. -protesté mientras me acercaba a mi sitio.

-Eh, eh, quieto. -me dijo la profesora ante la atenta mirada de los estudiantes.- ¿Por qué has llegado tarde?

-¿La verdad?- resoplé

-La verdad. ¡Y quítese las gafas!.

-¡La verdad es, que casi violan a una chica de mi barrio y todas las mañanas y todas las tardes espero en el metro a que coincidan nuestros metros para que no le ocurra nada! ¡Así que he llegado tarde, llegué tardé y todos los días llegaré tarde!-la clase empezó a murmurar. No me quité la gafas.

-¡Bájeme la voz Sr. Di Lorenzo!- me gritó la profesora.

-Mire, me voy de aquí.- contesté harto de mi apellido paterno. Me di la vuelta y salí por la puerta de la clase. Me dirigí a la sala de música, donde siempre podía encontrar refugio.
Me acerqué al piano de cola que generosamente un anónimo había donado al instituto años atrás. Desplacé mis dedos tocando la escala de Do, pero vi que no era suficiente. Me senté en el taburete, me arremangué la cazadora hasta la mitad del antebrazo y busqué una canción apropiada en mi mente. Rememorar a Leire dio con la adecuada, Fall for you de Secondhand Serenade. Acaricié las teclas mientras le ponía voz a la canción. Los primeros versos los canté como si le susurrase al piano, pero fui aumentando el volumen hasta llegar a un nivel normal.

-Because a girl like you is impossible to find.- canté. Ese verso siempre pasaba casi imperceptible para mí. Pero justo en ese momento, Leire apareció en mi cabeza. Cuando la conocí, en el metro después de que me persiguiesen los policías por haber saltado el torno. Cuando escribí su nombre en todas las ventanas de todos los metros que vi pasar. Cuando los Dragones me pegaron y casi le violan por mi estúpida culpa. Cuando la llevé a mi casa y la abracé. Cuando le dejé mi camiseta. Cuando me la devolvió y olía terriblemente bien a ella. La primera vez que coincidí con ella en el metro a conciencia, para que no le pasase nada durante el trayecto. Cuando, en broma, le dije que se casase conmigo. Cuando me preguntó mi color favorito, cuando respondió que el suyo era el rojo. Cuando se ríe. Cuando sacude su pelo y su aroma de hace más perceptible. Cuando preguntó en broma si “cacahuete” era la contraseña para pasar a mi casa. Cuando le presenté a Gato y le encantó. Cuando le dije que mi padre se fue de casa... Dios mío, lo que me dijo después. Cuando me abrazó y me dijo que estaría allí siempre que le necesitase, que podía contar con ella... Eso fue demasiado para mí, no pude resistirme y le tuve que pedir un beso. Y lo de esta mañana igual. ¿Lo tenía todo bajo control o realmente me había vuelto loco?- You are impossible to find.- acabé la canción.

Alguien a mi espalda empezó a aplaudir, me giré.

-Hacía mucho tiempo que no te veía tocar el piano. Pero ya veo que no se te ha olvidado.

Sonreí al hombre que tenía delante.

-Matt, el hombre al que quería ver.- le dije.

-¿Y quién no? -rió con una sonora carcajada más propia de un oso que de un ser humano.- 
¿No deberías estar en clase?

Matt era profesor de la olvidada clase de música.

Me llamaba la atención que todavía no le hubiesen despedido ya que ningún alumno se pasaba por allí. Sólo yo, cuando necesitaba algún consejo, quería aprender a tocar un instrumento nuevo o simplemente hablar con Matt, aparecía por la sala de música.

-Iba a decirte que me han echado... pero no sería una explicación veraz. -contesté pasándome la mano por la nuca.

Matt se volvió a reír con su acostumbrado rugido. Se acercó y se puso a mi lado. Yo seguía sentado.

-¿Qué quieres? -me preguntó.

-No necesito nada.-mentí.

-Te conozco desde hace mucho tiempo, Lucas. -empezó a decir Matt- Lo suficiente como para saber que no pierdes el tiempo con tonterías, y que si estás aquí, es por algo.

-Necesito a Tiffany. -confesé.

Matt no respondió al momento por lo que en la sala mandó el silencio durante un instante.

-¿A Tiffany? -preguntó- Pensé que la habías olvidado. -dijo casi incrédulo.

-¿Cuántas veces oiré al día “pensé que habías olvidado esto” “creí que olvidaste aquello”? -suspiré- La gente olvida que yo no puedo olvidar.

-Bonita frase.-contestó Matt.

-¿Lo suficiente como para meterla en una canción? -dije distraído.

-¿Eso es lo que piensas hacer con Tiffany? -preguntó Matt con un toque de preocupación.- ¿Tu madre está de acuerdo?

-No tiene por qué saberlo.-me quité las gafas y le guiñé un ojo haciéndole cómplice.

-Te meterías en menos líos si en clase te quitases las gafas.

-Prefiero no hacerlo.

-Pero te queda bien. No sé que creerás, pero no es como piensas.

-¿En serio crees que no me las quito por lo que piense la gente?

-¿Entonces, por qué es?-preguntó curioso.

No respondí. Me levanté del taburete del piano haciendo un ruidoso chirrido al arrastrarlo.

-Me tengo que ir a la próxima clase.

-He oído que hay un profesor nuevo de matemáticas.

-Genial. -dije con sarcasmo- Me dirá que me quite las gafas y me preguntará por qué no he traído los libros.

Matt volvió a reír.

-Suerte- me dedicó.

Me dirigí a la puerta, toqué el marco y me giré.

-Después de clase recogeré a Tiffany, tengo que hacerlo.

-Si estás seguro...

-Lo estoy.-sonreí.-Ya sabes, a mi madre ni una palabra.

Me fui a mi clase. Todavía no había llegado el nuevo profesor así que pude sentarme en mi sitio a tiempo, junto a mi mejor amigo, Nicolás.

-Chaval, has dejado a la profesora temblando de rabia.- me saludó Nicolás.

-No es tan difícil como parece. -le respondí.- Ahora empieza el acto 2 de la función.

El nuevo profesor llegó entre murmullos, dejó unas pesadas carpetas en la mesa y se sentó. 

Rebuscó entre ellas mientras yo me apoyaba en la mesa, como si fuese a dormir.

-Hola, niños y niñas. -saludó con ese retintín de los típicos señores mayores cuando hablan a alguien más joven que ellos pero con desprecio.- No creo en la necesidad de aprenderme vuestros nombres. Así que abrid el libro de Matemáticas I por la página 145.

Los demás estudiantes sacaron el libro y lo hojearon hasta que dieron con la página indicada. Yo me metí las manos en los bolsillos.

El profesor se levantó y empezó a caminar por la clase. Pronto ocurriría, tenía que pasar.

-Usted.-se paró en mi mesa.- Quítese las gafas.

Levanté la cabeza lentamente.

-¿Es una orden?-pregunté.

-Sí.

A regañadientes me quité las gafas. Los demás alumnos de la clase empezaron a removerse en sus asientos para verme. Odiaba eso. Mantuve los ojos cerrados mirando hacia la mesa.

-¿No piensa sacar el libro?-me preguntó el profesor sin pedirme que abriese los ojos. Un punto a su favor.

-No lo necesito.

-¿Y cómo piensa leerle al resto de la clase la página 145?

Me empecé a reír en mi asiento y abrí los ojos. Aún con las manos en los bolsillos, me incliné un poco más hacia el profesor, cuando estuve cerca, le miré.

-De memoria. -le susurré en un tono demasiado amenazante.

El profesor calló,mirándome a los ojos. Los demás se movían y se empujaban unos a otros para ver mi cara. Me volví a poner las gafas.

-Una apuesta. -me volví a sentar normal.- Yo digo de memoria la página 145 y usted nos deja a mí y a mis gafas tranquilos.

El profesor se quedó callado un poco más, pero de pronto empezó a reírse. La clase no le 
siguió, todos se quedaron en silencio, haciendo más ridícula la risa del profesor.

-Adelante. -contestó entre risas.

Esbocé una sonrisa y busqué en mi memoria. Libro Matemáticas I, página 145.

-Tipificación de la variable. Para calcular probabilidades en una distribución normal N (μ , σ) cualquiera, vamos a poder utilizar los cálculos que acabamos de hacer para la distribución normal estándar N (0 , 1), -el anónimo profesor empezó a parar de reír- que, como ya hemos dicho, es la única normal tabulada. Para poder hacerlo hemos de transformar, -se acercó con decisión a la mesa más cercana y miró el libro mientras yo proseguía.- por un proceso conocido como tipificación de la variable X, la variable X de distribución N (μ , σ) es una variable Z de distribución N (0 , 1). ¿Sigo profesor o ha tenido bastante?

Fue de esperar que me echase de la clase.

Pasé del resto del horario lectivo  y bajé las escaleras. Fui a recoger a Tiffany, realmente, la echaba de menos.

15 comentarios:

  1. Quien es tiffany? y porque la hecha de menos? Exijo saberlo YA!! vale, creo que tendré que relajarme....

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    1. jajaja puedes matarme cuando descubras quién es jajjaja y no te preguntas qué diablos le pasa en los ojos? jajaja

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  2. qué le pasa en los ojos? es un poco raro, pero es una historia preciosa :) :$

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    1. ¿Es raro lo de los ojos o la historia? Jajaja es que me gusta mantener la intriga :D
      Gracias por leerla y por comentar, me alegro un montón de que te guste!!! ^^

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  3. Holaaaa lo siento al que le he borrado el comentario pero no quiero que haya SPOILERS.
    Vale que a lo mejor es muy predecible pero quiero mantener aún la intriga para quien no lo sabe, y quien lo sabe tendrá la intriga de cómo se dará cuenta Leire y qué hará cuando lo sepa.
    REPITO lo siento al que le he borrado el comentario. Me alegro de que esa persona lea la historia y comente.
    Muchas gracias :D

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  4. INCREIBLE!!! me encanta como escribes
    sigue asii:)

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    1. Aaaaaaaaaaaaaw graciaaaaaaaaas!! ^^
      Hostia me he rayado porque sale en tu comentario "31 de julio de 2012 2012" y me he quedado: ¿por qué pone dos veces "2012"? ¡Y es la hora! ¡Qué coincidencia! jajaja
      Muchísimas gracias de verdadd no sabéis lo feliz que me hacéis con comentarios como estos :)
      P.D: Creo que te conozco ¬¬ jaja

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  5. ajsdhashdasjsdajdkjda ¿QUE MALDITA COSA TIENE EN LOS OJOS? ¿Uno de cada color o como? pfffffff quiero saberloo jopetis! Maldita intriga, pero es lo que mola,supongo :3 Me encanta com es Lucas, es un amor, y el párrafo donde recuerda todo lo que ha pasado entre ellos dos, y como llega tarde aposta para asegurarse que está bien... Pfffffff es demasiado bonito, mezclado con intriga ajhdasjkdasdskl ¡PERFECTO!
    Un besaaaaaaazo <3

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    1. Síiii a mí me gusta mucho donde dice que hace coincidir el metro para ir con llega. aún llegando tarde.... jajaja y eso que soy la autora jajaja xd (que mal estoy)
      Muchas graciaaaaas!!

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  6. Respuestas
    1. jajajaja ¿cómo va a ser ciego? jajaja puede andar por la calle como si nada, ve a Leire y las cosas...
      Os emparanoio mucho, ya descubriréis lo que le pasa :D
      Un besito

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  7. Me encanta, me encanta, me encanta...el chico "malo", pero dulce del que te enamoras!!! Pero quien coño es Tiffany?? Prosigamos con la lectura...

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    1. Bieeeeeeeeeen!! he logrado transmitir lo que quería!! el chico malo/super adorable jajajaja
      Gracias por leer y comentar!! Me estoy leyendo todos tus comentarios jajaja

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    2. Siii ya veo tienes que estar ya un poco harta de mi pero bueno es que no puedo evitarlo!! Yo tambien me leo los tuyos y lo mas importante los capitulos!! Me encanta como eres y que repondas a todo el mundo... un besazo

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    3. Es que cuando leo una fanfic o un blog me gusta que el bloggero responda, me parece un acto muy egoísta no responder.
      ^^ Un besitoo :D

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